01 mandatum novum
02 kyrie (missa caput)
03 diligamus nos invicem
04 gloria (missa caput)
05 in diebus illis
06 credo (missa caput)
07 maria ergo
08 sanctus (missa caput)
09 vos vocatis me
10 agnus dei (missa caput)
11 venit ad petrum

directed by Björn Schmelzer
Musicians: Yves van Handenhove, Paul de Troyer, Björn Schmelzer, Lieven Gouwy, Bart Meynckens, Koen Meynckens, Paul Beelaerts, Thomas Vanlede, Arnout Malfliet
Recorded at Sint-Pauluskerk, Antwerpen (Belgium) in August 2004 by Jo Cops.

Me veo obligado a comenzar esta reseña con un reconocimiento de incapacidad: no hay en el mundo entero un solo crítico que posea los conocimientos suficientes para juzgar si lo que se presenta en este disco está bien o no está bien. El etnomusicólogo belga Björn Schmelzer recurre para la Missa Caput de Johannes Ockeghem a una de las tradiciones interpretativas más desconocidas y, a la vez, más polémicas de la música lítúrgica: el machicotage parisino. Ornamentos, florituras y adornos basados en la escuela galicana de canto, la antigua liturgia practicada en Francia desde el siglo V hasta el VIII , la cual encontró refugio, incluso después de la reforma gregoriana, en la catedral de Notre Dame, en donde algunos cantores la siguieron practicando hasta principios del siglo XIX . En palabras del propio Schmelzer, el machicotage «es un anacronismo, un resto viviente que se mantiene de refilón en su propio tiempo, un vestigio con el que no se sabe muy bien qué hacer. Es, sobre todo, un pliegue en la corriente del tiempo de las prácticas orales vigentes. La investigación histórica y musicológica nunca pueden ser exclusivamente hermenéutica, ya que la fuente escrita es sólo un pequeño factor en la globalidad mayor de influencias y prácticas. Una investigación similar progresa por un camino comparativo, interdisciplinar e histórico-antropológico. El machicotage es, por encima de todo, un síntoma de la infamia y las complejidades de la historia de la música y de la diversidad de las prácticas de ejecución». Tras esta declaración de principios del padre del invento, comprenderán ya por qué digo que no hay un solo crítico el mundo entero que esté en condiciones de juzgar, con argumentos musicológicos en la mano, este disco. Y, sin embargo, a muchos de los amantes de la música antigua el machicotage no les resultará en modo alguno extraño. Antes al contrario, les recordará a Marcel Pérès y a su Ensemble Organum, si bien todos aquellos excesos que se le atribuyen al polifacético musicólogodirector francés parecerán un simple juego de niños en comparación con la forma de interpretar de Graindelavoix, que así es como se llama el grupo de Schmelzer. Es ésta la primera grabación de Graindelavoix para el sello escurialense Glossa y no hace falta que les diga lo mucho de arriesgado que tiene la apuesta. Sobre todo, por parte de Glossa. Obviando todo lo antes expuesto, dando por hecho que nadie, ni siquiera el propio Schmelzer, sabe qué es lo que se traído entre manos, les diré que lo que aquí se escucha es una maravillosa locura, una auténtica sacudida para nuestros sentidos. Nadie quedará indiferente ante esta música. O mejor dicho, ante esta forma de interpretar esta música. O, si lo prefieren, ante estos deliciosos desmanes de Graindelavoix. Merece la pena que por una vez dejemos el rigor musicológico a un lado y nos entreguemos a fondo a la escucha de este disco. Seguramente nada tiene que ver con Ockeghem, pero, por una vez y sin que sirva de precedente, ¡ni falta que hace! Eduardo Torrico (Cd-compact, september 2006)

Graindelavoix records new take on Ockeghem For people who like the pure sound of many modern English choirs, this CD will be a disappointment. But, however satisfying, there is no more reason to see that as the only way to sing this repertoire than there was to assume that fast-and-furious was the only way to play baroque music when that was the fashion a few years back. For this recording, ensemble Graindelavoix, directed by Björn Schmelzer, have revisited the rich sounds and ornamentation among the musicians of Paris that came to be known as Machicotage. This was a largely aural tradition that lasted into the 19th century. Much of the historical evidence comes from later writers complaining at the persistence of what they saw as an outmoded practice. That makes it hard to reconstruct, but also suggests that it was sufficiently satisfying musically to become deeply ingrained. Ockeghem's Missa Caput was chosen because it seems to connect with the particular form of the Maundy Thursday rite as used in Paris. The singers were chosen for the unusual nature of their sound and their improvisational and ornamental abilities. These work well with the rich acoustic of St Paul's Church, Antwerp. The result is somewhere between early music and reconstructive ethno-musicology. From a scholarly angle this is an interesting experiment. From a musical perspective it is very exciting. The ornamentation, though free, is judiciously applied, and the non-blending voices produce a sound that is rich and colourful rather than raucous, and gives the impression of a group of singers working effectively with the acoustic to enrich the sound. The opening of the Agnus Dei shows how well this works: voices enter in imitation, but rather than trying (and failing) to sound the same, their different decorations and vocal colours set each other off very effectively. Although reviving a French style, the finished sound has a quality which can easily be heared as Moorish or Middle-Eastern, and calls to mind the various theories about a Middle-Eastern origin of plainchant. But what is really important is that the result is musically very convincing. Mark Argent (Early Music Today, december 2006/january 2007)

El machicotage era una forma de ornamentación extraordinariamente florida y sutil del canto llano que fue común entre los cantores parisinos en la Edad Media y que sobrevivió subrepticiamente hasta el siglo XIX, cuando la reforma unificadora del Solesmes le dio el golpe de gracia. En su Diccionario de canto llano (1853), Joseph-Louis d'Ortigue afirma rotundo: “Los franceses y entre ellos principalmente los parisinos, nunca han perdido una ocasión de mutilar las melodías gregorianos y de degradarlas con fantasías bárbaras. El machicotage es una prueba de ello”. El hasta ahora desconocido grupo flamenco Graindelavoix, dirigido por el inquieto Björn Schmelzer, ha apostado por este estilo interpretativo, bárbaro, oriental, para acercarse a la Missa Caput de Johannes Ockeghem, que se relaciona, de forma uno tanto cogida por los pelos, con el ritual del Mandatum (lavado de pies de los apóstoles), de cuyos textos en canto llano se acompaña el ordinario de la misa. Schmelzer ha transportado la misa una cuarta abajo, lo que permite que un tenor agudo pueda cantar la voz más aguda, mientras que la voz más grave corresponde a un bajo profundo. El estilo es muy parecido al que llevan empleando Marcel Pérès y su Ensemble Organum desde hace décadas, aunque Schmelzer y su conjunto (nueve voces en total) lo emplean no sólo en la interpretación de los versos gregorianos, sino también en la polifonía de Ockeghem. Los resultados son de una sorprendente exuberancia, de una sugerente vitalidad y una agitación expresiva casi continua. La parte del canto llano queda marcada por el embellecimiento extravagante de las melismas, la intensidad de las voces y su marcada individualidad, mientras que los perfiles polifónicos quedan algo desdibujados, a causa de una mezcla que sacrifica la pureza y la claridad al movimiento continuo, a la búsqueda de recursos para la agitación del oído interior de los oyentes. Que buena falta nos hace. Pablo J. Vayón (Scherzo, november 2006)

Exzentrischer hat Renaissancepolyphonie nie geklungen als in der Aufführung von Johannes Ockeghems Missa Caput durch das belgische Ensemble graindelavoix. Die Anregung zum spontanen, freizügigen Umgang mit dem überlieferten Notentext bezog Ensemble-Leiter Björn Schmelzer aus der „Machicotage“, der in Frankreich geläufigen Verzierungspraxis der Gregorianik. Für die Rauheit des Klangs, die den Ton gleichsam erdet, stand die sardische Folklore Pate. Selbst wenn man vom historischen Ansatz nicht überzeugt ist, kann man sich der Faszination durch die Intensität des Ausdrucks kaum entziehen. Uwe Schweikert (Partituren 5 2006)

Terra Incognita ... - noch immer ist die Musikgeschichte vor 1500 selbst für viel Musikkenner und -liebhaber unerforschtes oder kaum betretenes Gebiet. Dass die Musikgeschichte nicht erst mit Monteverdi beginnt, beweisen schon längst etablierte Werke von Komponisten wie Dufay, Josquin, Lasso und Palestrina. Johannes Ockeghem ist eben einer jener weiteren Namen, der den Großen seiner Zeit unbedingt zugerechnet werden muss. Zwar ist von ihm nur ein verhältnismäßig kleines Oeuvre überliefert, was nicht zuletzt daran liegt, dass Ockeghem als einer der wenigen Komponisten der Renaissance nicht in Italien lebte und damit viele seiner Werke nicht entsprechend zirkulierten oder archiviert wurden. Was uns nun das Ensemble Graindelavoix unter der Leitung von Björn Schmelzer mit einer neuen Aufnahme beim Label Glassa Platinum vorstellt, ist in im doppelten Wortsinn unerhört. Zum einen kombiniert sie Ockeghems Missa Caput mit Rezitationspassagen im Stile der französischen Machicotage, die zu ihrer Zeit bereits als manieriert und anachronistisch galt, zum anderen wird hier so unerhört dreist gesungen, dass die Musik zwischen Klangunrat und Experiment spagatiert. Um es vorweg zu nehmen – ich bekenne, diese Aufnahme nicht zu mögen. Doch verblüfft hier neben einer akkurat-sorgfältigen Gesamtdarstellung des Konzepts die kompromisslose künstlerische Linie, so dass man nicht umhin kommt, dieser Interpretation als beachtlicher Darbietung Tribut zu zollen. So ergibt sich die Grundidee des Konzepts bereits aus der Idee, die ‘Kopf'-Messe auf die Füße zu stellen, und damit den eigentlichen Text von einer rein liturgischen Funktion zu befreien. Die Fußwaschung ist somit nicht nur ein symbolischer Akt der Barmherzigkeit, die der Priester zwölf Armen angedeihen lässt – sie wird zum Sinnbild und Ausdruck geistiger Reinigung. Doch nicht nur Textbezüge werden hier ausgewaschen: Reinigung wird zum Credo des Interpretationsansatzes. Reinigung vom Eso-Touch, von der Verpflichtung alles Alte müsse schön sein, steril sein, gut gemacht sein. Tenor wird als Stimmlage aufgefasst, als Tessitura, nicht als Profession. Was nicht zuletzt dazu führt, dass der Gesang streckenweise wie das Geplärr einer Horde ungewaschener, unrasierter Männer klingt, die sich in die lateinische Sprache verirrt haben und in einer Kirche ein paar Bleiglasfenster zersingen wollen. Es ist das Unberührte, was die Musiker hier suchen. Und das finden sie hinter einer Geheimtür: Machicotage wirkte als Vortragweise in der Musikpraxis Notre Dames in gewisser Weise überkünstlich und archaisch zugleich. Anzunehmen, dass dieser Gedanke die ‘Grains de la Voix', die ‘Stimmkörner', zu dieser Kombination inspiriert hat. Daher also die Unverbrauchten, weil unverbildete Stimmen; weg vom Hochglanzmuss des zeitgenössischen Klassikmarktes, hin zu einem ganz kruden, unverstellten Musikzugang. Der Plan geht auf. Was wir zu hören bekommen, ist in der Tat radikal. Und weil dies einhergeht mit einer bis ins kleinste überdachten Ästhetik (die darüber hinaus in einem hervorragendes Essay Bernd Schmelzers im CD-Booklet überzeugend kommentiert wird) und einer graphisch und optisch äußerst ansprechenden Aufmachung in Kartonage, erreicht diese Aufnahme trotz einiger geschmacklicher Fragwürdigkeiten die Höchstpunktzahl. 5/5! Florian Wetter (klassik.com)

Un compositor en ebullición
Polifonía. Dirigido por Bjorn Schmelzer, el conjunto Graindelavoix ofrece una versión singularísima de la 'Misa Caput' de Ockeghem. En 1997 se celebró el quinto centenario de la muerte de Johannes Ockeghem, uno de los más relevantes compositores franco-flamencos del siglo XV, autor decisivo en la evolución de la polifonía europea del Renacimiento. Fue aquel un año muy productivo para el conocimiento de la personalidad y la obra del músico, pues se impulsaron notablemente los estudios en torno a su figura. Gracias a eso, hoy contamos ya con una edición crítica de sus misas y sus partes de misa y las grabaciones de sus obras no han cesado desde entonces de multiplicarse. El hasta ahora completamente desconocido conjunto Graindelavoix, dirigido por Bjorn Schmelzer, da una vuelta de tuerca más a la discografía de Ockeghem con este disco para Glossa que no tiene parangón posible. Con la Misa Caput , seguramente pieza juvenil del compositor, en programa, Schmelzer recupera la práctica del machicotage, una forma de interpretar el canto llano que floreció en París y que sobrevivió subrepticiamente hasta el siglo XIX, en que la reforma de Solesmes acabó con cualquier disensión que se apartara de los ortodoxos postulados romanos. El machicotage era una forma muy especial de ornamentación de las melodías, que nace en un momento en que las tradiciones locales de canto resistían como podían a los esfuerzos unificadores de Roma con el gregoriano. Así llamado porque solían interpretarlo los clérigos machicots , situados detrás de los niños de coro, el machicotage fue considerado una extravagante aberración. Por ejemplo, Joseph Louis d'Ortigue en su Diccionario de canto llano (1853) afirma: "Los franceses, y entre ellos principalmente los parisinos, nunca han perdido una ocasión de mutilar las melodías gregorianas y de degradarlas con fantasías bárbaras. El machicotage es una prueba de ello". Esta práctica de ornamentación (que implica también una determinada forma de emisión vocal) viene siendo empleada por Marcel Pérès desde hace décadas, no sólo para acercarse al canto llano, sino también para las primeras muestras de polifonía, como confirmó con su reciente versión de la Misa de Notre Dame de Machaut en el pasado Festival de Música Antigua de Sevilla, pero nunca antes se había empleado, que sepamos, para interpretar una misa del siglo XV, al menos en el mundo del disco. Bjorn Schmelzer completa la misa con piezas extraídas del rito del mandatum novum, que se cantaba en la ceremonia del lavado de pies a los apóstoles. Emplea un conjunto de nueve voces masculinas, transportando la música una cuarta baja, de forma que la voz más alta es accesible para un tenor agudo y la más baja para un bajo profundo (que tiene asignada además la línea del cantus firmus ), logrando una formidable tensión interna, lo que unido al gran poder evocativo de la música de Ockeghem y a la singularidad ornamental de su versión colocan este disco como uno de los más originales y apasionantes que hayamos escuchado en mucho tiempo. Diario de Sevilla, 21 juni 2006

Wanneer een jong Vlaams ensemble amper vijf jaar na zijn eerste concert een exclusief cd-contract aangeboden krijgt door een van de grote spelers in de wereld van de oude muziek, is dat een gebeurtenis van formaat. Het vocaal ensemble Graindelavoix zet met deze cd zijn eerste internationale stappen, want Glossa is een weliswaar relatief klein, maar kwalitatief bijzonder hoogstaand Spaans label waarop vooral oude muziek gekoesterd wordt. Hun keuze om met Graindelavoix in zee te gaan, getuigt van visie en durf, want dit ensemble kiest bewust niet voor een klassieke, propere, verzorgde benadering van het polyfone repertoire. Voor wie Graindelavoix nog nooit aan het werk heeft gehoord, komt hun uitvoering van Ockeghems imposante Missa Caput wellicht als een schok. Begrippen zoals homogeniteit, logische frasering of zelfs zuivere intonatie zijn voor deze zangers niet van primordiaal belang. Het is hen veel meer te doen om het verhaal van de individuele stemmen, de kleur en de spanning van het moment, de versiering volgens de inspiratie van het ogenblik. Björn Schmelzer legt in een boeiend, maar soms hoogdravend essay de redenering achter deze baanbrekende aanpak uit. Dat deze aanpak live beter werkt dan op cd, illustreerde het concert met hetzelfde programma enkele maanden geleden in De Bijloke. Toen was het gevoel van ontdekking en opwinding zowel bij zangers als bij het publiek tastbaar aanwezig. Op cd spreekt dit sterk op het ad hoc-gebeuren gefocuste ensemble minder sterk aan. Bij een eerste beluistering ben je verrast, gechoqueerd of geïntrigeerd van begin tot einde, maar deze aanpak verdraagt geen letterlijke herhaling. Een moedig experiment waarover het laatste woord nog niet gezegd is, maar dat je bij voorkeur live beleeft. Diederik Verstraete, De Standaard

Dit is een bijzondere cd die licht werpt op wat we een randverschijnsel zouden kunnen noemen. We zijn in het onderzoek naar en, vooral, in het denken over historische uitvoeringspraktijk inmiddels zover dat we weten en aanvaarden dat de uitvoeringspraktijk vroeger, net als nu, niet eenduidig is geweest. Wie nog altijd spreekt van een 'authentieke' uitvoering, en dat dan ook nog zo parmantig tussen aanhalingstekens zet, heeft de afgelopen dertig jaar niet echt opgelet. Op deze cd horen we een uitvoering van de Missa Caput van Johannes Ockeghem zoals die in Parijs geklonken zou kunnen hebben. Daar hield men er sinds de 13de eeuw de gewoonte op na het gregoriaans, en later ook de polyfonie, te voorzien van allerlei geïmproviseerde versieringen. Deze praktijk, de machicotage, was in Parijs dermate uit de hand gelopen dat de gezangen nauwelijks meer te herkennen waren. En zo vergaat het ook eenieder die Ockeghems prachtige Missa Caput kent in de uitvoering door The Clerck's Group en nietsvermoedend deze cd van Graindelavoix opzet. Er moet herhaaldelijk en intensief geluisterd worden om de polyfone structuren tussen de voortdurend heen en weer kringelende stemmen te volgen. Het Belgische ensemble Graindelavoix toont bijzonder veel lef om deze hoogst onconventionele uitvoeringspraktijk voor het voetlicht te brengen en gaat hierin zelfs verder dan het Franse ensemble Organum dat zich ook aan dergelijke experimenten waagt. Wat de zangers - tenoren, baritons en bassen - toevoegen aan het gregoriaans en aan Ockeghems muziek is, net als in de 15de eeuws, pure improvisatie. Associaties met polyfonie uit Corsica en Sardinië dringen zich op. In die streken is machicotage nog steeds een levende praktijk. Luister onbevooroordeeld en laat u verrassen. Quotering: 9/10 Marcel Bijlo (Luister, juni 2006)

Unter den Messen Ockeghems steht die klanglich äußerst ungewöhnliche Missa "Caput" (ca. 1450) in dem Ruf eines noch unreifen Werkes. Spätere Schöpfungen des Meisters zeigen differenziertere Mittel, und stellen den Interpreten vielleicht nicht vor so große Rätsel. Die Musiker scheinen hinsichtlich der Bewertung dieser wohl frühesten erhaltenen Messkomposition von Ockeghem anderer Meinung zu sein. Gerade die Missa Caput ist mit CD- Einspielungen vertreten, die zu den überzeugendsten Ockeghem-Interpretationen zählen. Ein ausgezeichntes Beispiel ist die neue Aufnahme von Björn Schmelzer mit dem Ensemble Graindelavoix. Sie stellt einen wegweisenden Vorstoß zu einer anderen Art historischer Aufführungspraxis dar. Man könnte das hermeneutische Konzept wie folgt beschreiben: Man weiß wenig über die Aufführungspraxis des fünfzehnten Jahrhunderts. Die Musik steht in dieser Zeit in vielen Mitteln noch am Anfang. Also kann vielleicht die authentischste Aufführung erreicht werden, wenn so weit als möglich verbildete ästhetische Vorurteile zurückgewiesen werden, und stattdessen mehr einer ursprünglichen Musikalität vertraut. Das Ensemble "Graindelavoix" ist aus Sängern verschiedener musikalischer Stile zusammengesetzt, besteht unter anderem aus Ethnomusikern und klassisch ausgebildeten Sängern.Warum auch sollte man davon ausgehen, daß im 15. Jahrhundert alle Sänger ihre Stimmen nach der Operntradition geübt hätten? Die Sänger haben weiter die Anweisung, nicht zu sehr auf die anderen Stimmen zu hören, eine künstliche Homogenität zu bewirken, sondern sich ganz darauf zu konzentrieren, die eingene Stimme auszusingen. Dabei sind freiimprovisierte Verzierungen erlaubt. Der Sänger kann auch seine Stimme in unterschiedlicher Weise einsetzen, kehlig, voll, nasal - die Veränderung der Klangfarbe erschließt eine Dimension individueller Ausdrucksfindung, und trägt zur Intensität und Organik des Gesamtklangs bei. Dabei nutzt das Ensemble auch den Klangkörper einer gotischen Kirche. Bei der Aufnahme sind die Mikrophone weit genug von den Sängern entfernt positioniert, daß der Raum das Seine zum Resultät beiträgt, und symphonische Klangmischungen entstehen, die der Musik räumlichen Charakter verleihen. Die Messätze sind jeweils von ebenso frei interpretierten Chorälen umrahmt. Insgesamt mag der Interpretation etwas von der Vornehmheit und gestischen Anmut fehlen, die Ockeghems Kompositionen eigen ist. Dennoch stellt diese Aufnahme in ihrer pulsierenden Klangfülle, ihrer überzeugenden Musikalität und emotionalen Geladenheit vielleicht eine der beeindruckendsten Einspielungen alter Kirchenmusik dar. Während gerade bei Ockeghem Aufführungen oft maniriert, unnatürlich klingen, ist Björn Schmelzer eine sehr selbstverständliche Interpretation gelungen, die kontemplive Qualitäten ebenso berücksichtigt, wie die monumentale Mächtigkeit und rethorische Kraft des Werkes. Und nicht zuletzt werden jene Züge Ockeghemscher Kirchenmusik erlebbar, die Györgi Ligeti zu seinen Kontinuumskompositionen inspiriert haben mögen. Friedrich Hausen (www.goldbergstiftung.org)

"Dit is dé sensatie op het gebied van de oude muziek van de laatste tien jaar. Deze spraakmakende cd bevat de meest ongenaakbare vertolking van de Missa Caput van Johannes Ockeghem plus de liturgische ambiance waarin deze thuishoort in de vorm van de Parijse gezangen voor het ritueel van de Voetwassing. Schmelzer c.s. stellen de klank voorop, waaraan de tekst ondergeschikt is verklaard in plaats van andersom. Binnen de stemmen afzonderlijk is sprake van een ingenieuze versieringstechniek waarbij zelfs kwarttonen niet worden vermeden. Het resultaat laat zich beluisteren als een natuurverschijnsel: ruig, ongerept, eigenzinnig en bij vlagen obsederend. Wat vooral opvalt, is de haast lijfelijk werkende impact van de klank die deze zangers schijnbaar moeiteloos weten te genereren." Maarten Brandt, de Gelderlander

Malerische Klanglandschaften
Machicotage : Diese nach der Klerikerschola von Notre Dame in Paris (den machicoti ) benannte Verzierungskunst verleiht dieser Aufnahme von Johannes Ockeghems (ca. 1410-1497) großdimensionierter Missa Caput ein besonderes, gewiss auch gewöhnungsbedürftiges Flair. Radikaler noch als z. B. das ebenfalls in historischer Verzierungspraxis bewanderte Ensemble Organum setzt das belgische Ensemble Graindelavoix auf stimmliche Individualität, Spontaneität in der Ausführung und die Auslotung der klangräumlichen Möglichkeiten. So malerisch hat die ansonsten eher für ihre strenge lineare Stimmführung bekannte Renaissance-Musik wohl noch nie geklungen. Die ausgetüftelte Mehrstimmigkeit von Ockeghem wird hier zuallererst als Vorlage für eine vokale Orchestrierungs- und Kolorierungskunst verstanden. Die Sänger füllen das Liniengeflecht der Stimmverläufe gleichsam mit ihren Stimmfarben aus. In der weiträumigen und halligen Akustik der gotischen Antwerpener Sint-Pauluskerk entdecken die neun professionellen oder semi-professionellen(!) Sänger in den diffizilen Kontrapunkten ungeahnte Klanglandschaften und –räume. Die Herabtransposition um eine Quarte ermöglicht einen dichten Klang mit samtig-schwarzer Bassgrundierung und expressiven tenoralen Oberstimmen, die manchmal auch penetrant krähend hervortreten. Das hat nichts vom üblichen ebenmäßigen Klang heutiger Renaissance-Formationen. Die angebrachten Verzierungen verschmelzen nahtlos mit der notierten Musik und verleihen ihr einen fast schon orientalischen Akzent; dass mittelalterliche und barocke Zeitgenossen die Machicotage als bizarr und barbarisch empfunden haben, will man gerne glauben. Auch bei den gregorianischen Teilen, durch die Ockeghems Messe in den rekonstruierten gallikanischen Ritus der Fußwaschung am Gründonnertag eingefügt wird, gelingt es den Sängern, die abendländischen Wurzeln dieser Musik beinahe vergessen zu machen. Jene purifizierten Gesänge, wie sie heute z. B. im Graduale Romanum gesammelt sind, erscheinen in dieser Perspektive plötzlich als historische Fiktionen. Die „verschmutzten“, durch Verzierungen ergänzten und individuell gestalteten Gesänge waren wohl die Norm. Gerade in den solistischen Abschnitten – ausgeprägt z. B. beim Vos vocatis me - wird diese scheinbar so strenge liturgische Musik zu einem intensiven und ergreifenden Erlebnis: als individuelle Interpretation mit individuellem Ausdruck, nicht als objektiver Vollzug eines Ritus. Sinnlicher Kitzel oder strenge Form? Wort oder Klang? Um die Gewichtung dieser Positionen wurde in der Geschichte der Kirchenmusik nicht umsonst immer wieder gestritten. Eine experimentelle und gratwandlerische, dabei sehr sorgfältig kommentierte und vom Label wie immer exquisit gestalte Annäherung an eine vergessene historische Aufführungskunst, die die Renaissance-Fans gewiss polarisieren wird. 18/20 Georg Henkel (Musik an sich)

Es este uno de esos discos en cuya portada se debería advertir "Atención: leer las notas antes de escuchar su contenido". La razón es que en él se ha recuperado una de las tradiciones interpretativas más polémicas y llamativas, ya en su tiempo, de la música litúrgica: el machicotage. Ornamentos, florituras, adornos de diversa naturaleza provenientes de las escuelas cantollanísticas altomedievales -galicanas- encontraron su refugio en la catedral de Notre Dame, donde algunos cantores los practicaron hasta fines del siglo XVIII. Esta antítesis de la normalización decimonónica impuesta por la Abadía de Solesmes al Canto Gregoriano, resulta a nuestros oídos rupturista, sorprendente, diría que tan sugerente como irreverente. El oyente se preguntará ¿se trata de un nuevo tipo de fusión? ¿será la resurrección de los tiempos más agresivos de Marcel Pérès y su Ensemble Organum? ¿o es una reinvención moderna que huye de la rutina polifónica renacentista?. Los historicistas se preguntarán cuál era entonces la realidad: ¿cómo convivieron en su día maneras tan dispares de cantar? ¿Cuál es la sombra y cuál la realidad? Preguntas, en suma, que hacen que viajar al pasado nunca tenga nada de rutinario. El conjunto Graindelavoix, dirigido por Björn Schmelzer, ha impregnado todo el disco de este modo de cantar, de hecho se ha entregado de lleno a esta escuela, y lo ha hecho con una de las muchas misas Caput escritas en los siglos XV y XVI. En este caso la firmada por Johannes Ockeghem, uno de los guardianes del primer Renacimiento. "Caput" es la última palabra de la antífona Venit ad Petrum, del ritual sarum, que contiene un melisma sobre la sílaba "Ca" de más de un minuto de duración. Parece que el compositor no se sirvió para esta misa tanto de dicho melisma como del "cantus firmus" empleado en alguna misa sobre dicho motivo. Resulta difícil describir lo que los oyentes van a encontrar en este disco arriesgado, innovador, con el que Glossa continúa su línea de progreso estético, de búsqueda, de exploración. Diría que a quienes les gustaba el Ensemble Organum les cautivará y a quienes sigan los preceptos anglosajones del canto limpio, equilibrado, "espiritual", sin duda les escandalizará. ¿He llamado su atención? No es para menos. Arriésguense. Es lo que les puedo decir. Después de todo, experiencias repetibles son precisamente las que sobran hoy en día. Caronte – Diverdi

“De 'Missa Caput'-opname klinkt overweldigend en laat duidelijk een ander klankenspectrum horen dan we gewend zijn van groepen uit de oudemuziekwereld. Het jonge ensemble kiest voor een heterogeen, krachtig en dynamisch stemmenmengsel.” Tom Eelen, De Tijd

“An absolutely groundbreaking new ensemble from Flanders ” Crotchet Classical Value

"In deze uitvoering werd gekozen voor een stemming die een kwart lager ligt en die daardoor in een bereik ligt dat overeenkomt met andere werken van Ockeghem. Bijkomend voordeel is dat de bovenstemmen bereikbaar zijn voor de hoge tenorstemmen en de laagste partijen kunnen worden toevertrouwd aan de laagste basstemmen. Het grote bereik in deze gemengde bezetting met mannen-, vrouwen- en falsetstemmen heeft duidelijk ook effect op de dramatische spankracht, nog verder versterkt door de kerkakoestiek (waarvoor deze muziek trouwens ook is bedoeld). Het uiteindelijke resultaat van deze inspanningen heeft niets te maken met 'engelenmuziek', het is geen exploratie van etherische klankschoonheid, maar daarentegen eerder een aardse tocht die uitgesproken avontuurlijk is en waardoor ook de ene op de andere verrassing volgt. Het betekent ook een waardig afscheid van de veelal nagestreefde homogeniteit in het klankweefsel, het soort klankideaal dat niet door de historische bronnen wordt bevestigd, maar dat wij wel als 'mooi', 'schoon' en 'fijnzinnig' ervaren. Welke effecten dat teweegbrengt kunt u al snel horen aan het begin van track 4, wat mogelijk tot een schrikeffect leidt: het klinkt niet uitgebalanceerd, tot in de kleinste details verzorgd, maar onzuiver en ongelijk. De intonatie is niet vlekkeloos, maar het lijkt een bewuste keus te zijn geweest. In bijvoorbeeld track 6 en 9 kunt u daarvan ook vele voorbeelden vinden, of in de overgang van track 7 naar 8. Het is, zoals dirigent Björn Schmelzer in het boekje uiteenzet, geen ideaal van zuiverheid, gelijkheid en schoonheid, maar juist het ontsnappen eraan. U luistert dus niet naar bijvoorbeeld het Collegium Vocale uit Gent, maar naar zangers van verschillend gehalte, klassiek geschoold én niet -klassiek geschoold, met de nadruk op kleur, effect, timbre en effect. Er zijn vele passages aan te wijzen die gezongen lijken te worden door leden van een mannenklooster, terwijl er evenzo vele momenten zijn waarin klankschoonheid wel degelijk domineert. De opname werd in de Sint-Pauluskerk in Antwerpen gemaakt en laat zowel de stemmen als de akoestiek uitmuntend tot hun recht komen. Maar wennen is het wel, gewend als we nu eenmaal zijn aan geschoolde stemmen die ons naar een denkbeeldig Elysium gedompeld in pure klankschoonheid voeren... Het begeleidende boekje is wat betreft informatievoorziening en musicologische verantwoording een klasse apart en bovendien ook in het Nederlands. Vandaag de dag nog steeds een witte raaf..." Aart van der Wal (www.audio-muziek.nl)

A new Ockeghem program by the previously unknown group Graindelavoix, directed by Björn Schmelzer, can best be summarized as bewildering. I definitely congratulate them for achieving that result. I have been complaining for years about the cliché factor of so much early music vocal technique, and challenging someone to do something about it. Schmelzer and company basically leave no stone unturned when it comes to doing things differently. Some aspects I like, some not so much, but the result definitely needs to be heard. First, what I really like: Voices were selected for their distinctive timbres, not at all to "blend" (a totally manufactured & fallacious ideal for this music), and their technique is not modern conservatory technique. I find this one of the most believable "sounds" yet to be applied to this music. Aspects I do not like so much: The overall program makes no sense. The chants do not go with the mass, they are not arranged in anything resembling a liturgical program, and fundamentally I simply prefer to stick to the polyphony when it comes to taking up space on record. That latter aspect is less meaningful here, because the sort of ornamented & elaborated style they have applied to the chant is part of the point to the recording. I can see why earlier writers complained about this style, but I am also all in favor of letting singers just let loose and use their imagination to ornament the lines. Regarding the various ornaments and interpolations applied to the mass, I like the basic vocal ornaments, especially as they interact with technique. However, I am not happy with rhythmic interpolations, or anything that breaks up the tactus structure of the piece. This is another thing we know was done at the time, and was complained about by even Josquin himself, and I have to side with the complainers. It really does break up the counterpoint and lessen the rhythmic impact of the piece. So, that is a basic rundown of the unconventional things about this performance. The ideas on contrasting voices & vocal technique generally are very worthy of continued support and exploration. Todd McComb

“Maar laat het nu precies onze befaamde, vaderlandse oudemuziekscène zijn waar Graindelavoix met een zeker dédain wordt bekeken. Bekeken, maar ze zouden beter eens goed luisteren.” Rudy Tambuyser, De Morgen

Korrel op de stembanden, krop in de keel, een ontlading van emoties
Björn Schmelzer en zijn medestanders van het ensemble GRAINDELAVOIX opereren in een schemergebied: te klassiek om folk te zijn, anderzijds te radicaal en niet volgens het boekje om klassiek te zijn. Deze opname gemaakt in de Antwerpse Sint-Pauluskerk van de Missa Caput van Ockegem (het gaat hier om muziek uit de 15de eeuw) maakt toch wel duidelijk dat dit repertoire in hun handen eerder een soort wereldmuziek is. Folk in de echte zin is dit dus niet maar het heeft vast en zeker raakvlakken met andere (religieuze) tradities in de wereldmuziek zoals de mediterrane polyfonie (muziek uit Corsica of Sardinië), de Sufi-gezangen uit Marokko of Libanese of Arabische zang. Wat maakt dit dan precies zo anders? Schmelzer werkt niet louter met klassiek geschoolde stemmen. Sommige zangers gaan echt tot de limiet van hun stembereik zowel in de hoogte als in de laagte wat in de klassieke uitvoering ‘not done' is. Ook de manier van zingen (aanzet, intonatie, frasering) is totaal anders dan in de klassieke muziek. Zingen als een emotionele ontlading zonder rekening te houden met de klassieke regeltjes en partituren. Je krijgt zo enorme lange golfbewegingen, alsof er geen ritme of metrum is, een soort stroom die maar blijft doorgaan. Het scheppen van klanklandschappen waarbij de stem op zich belangrijker is dan de boodschap. GRAINDELAVOIX is gefascineerd door stemmen die ophouden te communiceren, stemmen die geen boodschap meer overbrengen, maar louter de expressie zijn van hun ondergrond: gruis, intensiteiten, instincten. Trance muziek als het ware maar dan zonder de techno ritmes. In eigen land wordt de aanpak van GRAINDELAVOIX en zijn bezieler Björn Schmelzer niet altijd even goed gesmaakt vooral niet in academische kringen en dat is dan vooral te wijten aan hun ‘je m'en fou' houding ten overstaande van deze muziek. Maar wellicht zit hun versie dichter bij de oorspronkelijke uitvoeringen dan we zelf kunnen vermoeden. Gelukkig zag het prestigieuze Spaanse label Glossa (www.glossamusic.com) hun muziek wel zitten en bracht zij deze Missa Caput uit. De cd zit in een prachtig hoesje met binnenin uitgebreide achtergrondinformatie. Met hun muzikale project blijken Schmelzer en Co avant-gardisten te zijn van de oude muziek, buitenbeentjes, outlaws maar op termijn zal deze koppigheid lonen. Het wordt bij dit soort muziek niet vaak gezegd maar één tip: “play this f*** loud!” Guy Kennis (www.folkroddels.be)

Just how short-lived and perishable fame and fortune are, becomes clearer the more one steps back into history. After all, when compared to today's celebrities, who is Johannes Ockeghem? A cypher, a faded shell, washed away into the ocean ob oblivion by the tide of time. Yet during his life, which spanned almost ninety years, he was regarded as one of the most dignified men in Europe, a well-endowed landlord, a singer without compare and a composer with overflowing talent and a stupifying body of work. This recording by Björn Schmelzer and the ensemble graindelavoix takes us back to those glory days. In fact, it leads us to places beyond belief. In an extensive booklet essay, Schmelzer goes into depths to explain the background of the singing technique employed on this record, but the “Missa Caput” is a breathtaking experience with or without academic knowledge: Clusters of voices slowly build up on the horizon, gathering like storm clouds and releasing themselves in releaving showers of heavenly harmony. Some of these pieces flow quietly and solemly, then pick up pace like a black stream, gaing and losing impact in an infinte cosmic game. At the same time, the interaction between the different sonorities (a producer would probably call them “frequencies”) is of a seldomly displayed urgency: Subcutaneous bass lines collide with sky-gazing high-notes and the middle-ground is covered by a plethora of constantly moving impulses. If you consider the fact that this a purely vocal composition, involving not a single instrument and merely nine singers, the freshness and diversity of the sound palette is amazing – each and every piece seems to come in a different colour, a unique mood and follows its own rules. There's traces of Gregorian chant, but also gaelic and oriental influences, pure and simple passages, as well as flowery ornamentation. But among all of this beauty, possibly the most intense moment is when the solo voice in “Vos Vocatis Me” climbs and descends until you feel you can't take no more. But of course you can. “Missa Caput” wants to be heard again and again and it makes no secret of the fact that it still holds many mysteries for those willing to search. At the same time, this is not simply an ethereal or even astral oratory, but an emotionally charged experience. Ockeghem, after all, was known to be “moody, flamboyant and enigmatic”. While all of this, as well as his immense richess has faded over the ages, his work still stands as superb and shining as ever. And no one can take that away from him. Tobias Fischer (www.tokafi.com)

"Nooit klonk Ockeghem rauwer en extatischer dan in de handen van de Belgische plainchant-expert Björn Schmelzer, en uit de kelen van diens ensemble Graindelavoix. De Missa Caput wordt in het ruimere kader van het Mandatumritueel gesitueerd, de voetwassingstraditie die in de Gallicaanse traditie tot de liturgie van Witte Donderdag behoort. Tijdens de pedilavium wordt een stel specifieke antifonen gezongen, waarvan het laatste – Venit ad Petrum – de basis vormt voor Ockeghems Missa Caput, zo genoemd omdat de cantus firmus waarrond de polyfone structuur gebouwd is, het lange melisme op het slotwoord caput van het antifoon is. Naast een liturgische, heeft deze cd ook een musicologische ambitie, i.e. ons vertrouwd maken met de specifiek Parijse praktijk van de machicotage, het weelderig (en volgens niet-Parijzenaars overdreven) ornamenteren van een Gregoriaanse lijn. Dat Gregoriaans in de Middeleeuwen niet zo monotoon en bloedeloos gezongen werd als Spaanse hitparademonniken ons willen doen geloven, is sinds het pionierswerk van Marcel Pérès genoegzaam bekend. De vergelijking met Pérès is overigens allerminst gratuit: Schmelzer reconstrueert het Gregoriaans net zoals Pérès door de historische aanwijzingen aan te vullen met inzichten uit nog levende meditterane zangtradities. Dat procédé levert sensationele lijnen op, die vaak nog wendbaarder en dynamischer zijn dan bij Pérès. Het zou verkeerd zijn te zeggen dat Schmelzer zijn zangers goed in hand heeft. Dit is geen klassieke zangopstelling waarbij zangers passief aanwijzingen opvolgen van een maestro di capella: de verworvenheden van machicotage als een praktijk die Gregoriaans boeiender en stuwender maakt, zijn zo sterk geïnternaliseerd dat ze tot het collectieve (onder)bewustzijn van de zangers lijken te behoren, wat het geheel een enorme geloofwaardigheid geeft. Dat de stemmen in Graindelavoix niet zo indrukwekkend zijn als in Pérès' Ensemble Organum (iets waarvan Schmelzer zich blijkens de uitstekende toelichting in het cd-boekje terdege bewust is), maakt in dit verband niet zoveel uit, want Graindelavoix is een levend organisme, geen verzameling solisten die elk verantwoordelijk zijn voor hun fouten. Wat deze cd werkelijk bijzonder maakt is dat Schmelzer zijn inzichten niet tot de Gregoriaanse antifonen beperkt, maar ook op Ockeghem toepast. Van alle polyfonisten is Ockeghem de meest enigmatische, met zijn lange, ononderbroken lijnen, en de schitterende harmonieën die spontaan lijken op te borrelen uit de toevallige botsingen van die kronkelende lijnen. Schmelzer maakt dan ook komaf met de interpretatiepraktijk die Ockeghems werk vanop panoramische afstand als een geheel bekijkt; want dat haalt de spankracht uit de invididuele lijnen, en neutraliseert het contrast tussen de intieme passages en de extatische tutti's. En dus wordt de Missa Caput, net zoals de antifonen waarop hij gebaseerd, is van binnenuit opgebouwd, door individuele stemmen en timbres die niettemin onlosmakelijk deel uitmaken van een groter organisme dat zichzelf reguleert, en alert kan reageren op de duizelingwekkende dynamische wendingen in Ockeghem. Doordat Schmelzer de mis een kwart naar beneden transponeert, kunnen ook de hoogste partijen door mannen gezongen worden, wat extra homogeniteit in kleur en boventonen geeft. En dus beweegt deze Ockeghem zich tussen de extremen van broeierige intensiteit en geschreeuwde extase. Ik kan me voorstellen dat luisteraars die gewend zijn aan de ingehouden, loepzuivere lijnen van ensembles als Huelgas, moeite zouden kunnen hebben met de rauwheid en de directheid van het gebodene. Maar de liturgische geloofwaardigheid van deze benadering, en de ongelooflijke kracht van muziek die tot nu toe alleen maar als “mystiek” beschouwd werd, maken van deze cd een must voor elke polyfonieliefhebber…." Quotering: 4/5 Stefan Grondelaers, KLARA (flemish classical radio)

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